Me gustaría aquí acentuar un punto realmente importante. La creencia de que el trono de Etiopía fue dado por Dios es parte de la propia historia y tradición Rastafariana, la cual tiene diversos puntos que vamos a analizar desde su punto de vista.
La historia del hijo de Salomón y Sheba, llamado Menelik I, fue de un gran significado historico para la Iglesia Ortodoxa y dio legitimidad al gobierno. Antes de Jesús y sus discípulos (excepto Juan) fueran asesinados, el evangelio de Cristo fue acerca del Reino de su Padre. Este fue el reino prometido ascendido por la semilla de David. Esto fue la llave, el mensaje, por el cual Jesucristo y todos los profetas fueron martirizados. ¿No fue el clero quien se vendió a Roma no predicando al pueblo acerca del Pacto Davídico y decidió por una semi-autonomía y una vida de confort?
La marioneta del Clero Judío informó a Roma que Jesús dijo que él fue el prometido Rey de los Judíos. Jesús fue arrestado y acusado por sedición contra Roma.
Por muchos años las iglesias cristianas fueron perseguidas por su creencia en el mensaje de Jesús. Pronto muchas iglesias dejaron afuera estas enseñanzas de sus sermones, y fue visto como política propagandística porque surgiere un gobierno alternativo de Virtud y Verdad. Solo las iglesias etíopes preservaron estas enseñanzas hasta la invasión de Roma en 1936. Esas diferentes invasiones intentaron destruir la semilla de David (como Herodes intento hacer tras el nacimiento de Jesús) y tomar posesión del Arca del Pacto, sagrados manuscritos, y documentos de Etiopía. Entonces como ellos planearon, esa promesa de un Reino de Dios a nuestro pueblo, debería ser eliminada por siempre. Entonces lo que los Rastafaris realmente están representando es por lo que la Iglesia Ortodoxa y los primeros cristianos se alzaron una vez.